El término de arte povera derivó de otras artes, las escenográficas: fue tomado del “teatro povero” de Jerzy Grotowski, que ya utilizaba materiales “pobres”, como tierra, cartón, palos o periódicos, en sus escenografías. Los creadores povera emplearon a conciencia esos materiales humildes, pero también otros suntuosos para subrayar su mensaje: oro, mármol, seda, cristal de Murano…
Los artistas que hoy vinculamos a este movimiento tuvieron en común su deseo de desmantelar la jerarquía de los materiales, su rechazo al consumismo y su interés por las fuerzas de la naturaleza, pero también por la modernidad industrial. Al margen de esos nexos, hay que subrayar que Merz, Pistoletto, Kounellis, Luciano Fabro, Giovanni Anselmo y Gilberto Zorio no integraron un colectivo como tal, pero sí se sirvieron todos del arte como punto de partida desde el que abordar la vida.
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Exposición: Cielo Condensado (1987). Giovanni Anselmo |
El arte povera, rechazaba los iconos de los más media y las imágenes productivistas, así como también las industriales del pop art y el minimalismo. Propone un modelo de extremismo operacional basado en valores marginales y pobres. Utiliza un alto grado de creatividad y espontaneidad e implica una recuperación de la inspiración, la energía, el placer y la ilusión convertida en utopía. El arte povera prefiere el contacto directo con los materiales sin significación cultural alguna, materiales que no importa su procedencia, ni uso, que sean reutilizados o transformados por el artista.
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